miércoles, 18 de abril de 2007

Un año más


Y ya han pasado los 19, cargados de nuevas experiencias y anécdotas para el recuerdo. Un año de autodescubrimiento, de conocer nueva gente, fiestas inolvidables... un año en el que unos amigos se han ido y otros han llegado. Un año de cambios.

Y llegan ahora los 20 con mil bifurcaciones en las que tengo que elegir camino, y que con cuidado y tiempo iré andando. Todavía no entiendo eso de las crisis al pasar a las nuevas décadas, porque a mí me ha sentado divinamente el 2 (siempre me han gustado los números pares).

El día empezó de madrugón, mi hermana también cumple el 18, y sus amigas pertinentemente le habían preparado una sorpresa que implicaba que aquí la menda se despertase a las 7:15. Me llamó el día antes LaMásPija de sus amigas, a la que soporto más bien poco: LaMásPija (con semi-patata en la boca, que ya está corrigiendo el tonillo...): "Hola Caris... oye, disimula ¿ok?-lógico, no le iba a decir a mi hermana que hablaba con LaMásPija...- mira, es que pensábamos decorar la calle a tu hermana y era por si por la mañana podrías...-en este momento mi hermana asoma la cabezota por la puerta, el instinto cotilla de toda mi familia no se calma hasta que saben con quién hablo, chateo,duermo,etc, así que pierdo el hilo de la conversación,pero LaMásPija sigue hablando- si podrías abrirme el portal cuando te dé un toque ¿sabes? y la entretienes en casa un poco para que nos dé tiempo ¿sabes?" de las dos órdenes sólo capté la segunda, así que a las 7:15 yo tan pancha tomándome un cafelín con mi hermana después de recibir el toque, y las amigas esperando a que abriese (ya podían esperar lo que quisieran...) Desistieron al final y se fueron a ejercer de decoradoras de exteriores. De mi casa al colegio la calle era la feria de abril, llena de carteles felicitándola, fotos varias y flechitas indicando el camino de los carteles (mi hermana llegó a casa eufórica y cómo no, gritándome por no enterarme ni del NODO). Dudo que vuelvan a confiarme una sorpresa.

El caso es que con mi cara de higo no podía estar el día de mi cumpleaños, así que pasé a taller de chapa y pintura,me lavé la cara para despejarme y tapé los granos emergentes (me ca'' en ellos, 6 meses con el Roacután, 100000000000 hepatocitos menos y ¡vuelven a resurgir el día menos indicado!!). El caso es que ya más o menos adecentada, entonada por el café, con el solete que ya había salido, la musiquita de fondo y el mensaje del bichillo de Ella, salí más feliz que un regaliz de mi casa. Me daba igual tener clase y no saber dónde (para variar tuve que recurrir a LaSecre, una compañera de clase, genial amiga y mi segunda cabeza). Llegué a la facultad y allí andaban los amigüitos pa' felicitarme ¡que alegría! y después de la entretenida clase de las Palomas (es una plaga, ¡yo no había conocido tanta mujer que se llamase Paloma en mi vida! jiji), en la cafetería me sorprendieron con friki-discos para el coche, no tan frikis para el ordenador, fotillos, ¡un pinkipollo! (algún día hablaré del vendedor de pinkipollos de mi facultad), un Nemo-llavero, bomboncitos y muchas sonrisas y algún que otro tirón de orejas. ElAmigo me sorprendió con dos entradas para el concierto de los 40 del 10deMayo ¡yuju!, y el muy pedorro va y rompe la carta que me había escrito y encima me lo dice, tiene delito.

Otras tres horas de clase, a la salida el corazón un poco en vilo por si a Ella se le ocurría aparecer (pero tuve suerte, sale de clase más tarde que yo, así que no le da tiempo a llegar, si no, sería una situación un poco violenta- "¡Alá! tía ¡cuánto tiempo! ¿cómo es que te has venido desde "X" a Madrid? jo... y encima te acuerdas del cumpleaños ¡ven! dame un abrazo!" Las de la facultad ya conocen a mis amigas, saben que Ella no éstá en el círculo amigas... las excusas no sé yo hasta qué punto funcionan. Así que me ahorró un esfuerzo: de capacidad inventiva y de no poder darle un achuchón.

Comida en casa, tarde semi-provechosa de estudio y cena familiar y más regalitos ¡un móvil! ¡por fin! Llevaba ya un añito de mala convivencia con mi teléfono. Las teclas funcionaban a base de martillo y hasta el altavoz había fallado... una lástima, RIP, pasó a mejor vida, le he encerrado en el cajón. Mi abuela me regaló un colgante suyo que voy a guardar como si fuese un joyón, porque si no lo he dicho, soy romanticona y un poco sentimental, y a mí estos recuerdos me llegan y me hacen pasar al plano trascendental. Me comí a mi abuela a besotes. También recibí una rosa roja (mi flor favorita), de la chica que trabaja en mi casa, un detallazo. De momento la tengo en un termo de café que hace las veces de florero, pero antes de que se ponga pocha la secaré entre periódicos.

Hubo un momento por la tarde en que me dieron ganas de llorar, sin saber porqué, sin estar a punto de que me baje la regla. Simplemente me inundó la felicidad, que también es un sentimiento desbordante. Ver que te llegan mensajes de gente de la que no te esperabas, que ElPelirrojo, un amigo que me dejó de hablar hace un año por enamoramiento inoportuno, ha vuelto a contactar conmigo (hoy he hablado con él por teléfono), ver que la familia está ahí, que tu hermana se hace mayor de edad... que la vida pasa y este año la he disfrutado al máximo, que estoy con una chica estupenda (que me da quebraderos de cabeza, pero con la que de momento estoy muy agusto) y que el sol seguía brillando.

Después de cenar recogimos todo y pasé la friki-música al ordenador. Y me dio la una y media y caí redonda en la cama. Un año más.

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