Todos tenemos un círculo que nadie puede penetrar, un área personal que debe ser respetada, un espacio vital.
La confianza es muy difícil de conseguir y una vez que crees tenerla, es muy fácil perderla ("La confianza da asco"), pero es la que te permite conocer a las personas, conocer su espacio.
Primero rodeas el área de descanso , donde se encuentran las generalidades de cada uno y comienzas a compartir espacio ( opinas sobre el tiempo, lo pesada que es la portera o mon@ que es el/la que se te ha cruzado). Poco a poco se van solapando los círculos y llegas a la zona Danger!! comienzas a hablar un poco más de ti, de tus problemas, presentas amigos y sus espacios correspondientes... y tú preguntas e intentas llegar a esas inquietudes ajenas. Y de repente, sin saber cómo, das un paso en falso, tocas su fibra sensible ( jobbies, estudios, amigos® ....lo que sea) y como en esos sueños en los que estás al fondo del pasillo y la puerta a la que quieres llegar se aleja, lo que era un círculo ahora es una alambrada de espinas y corre brisa helada entre tú y la otra persona. No lo dice, en principio nada ha cambiado, pero lo intuyes, sabes que has dado con el límite. (Y este esquemita se puede complicar a la enésima potencia cuando introduces factores como:1.digo algo pero en realidad siento lo contrario2.no quiero que te acerques, pero por favor no te vayas3. te quiero y te odio, etc)
¿Por qué no salimos de fábrica con una línea contínua alrededor de esos sentimientos en los que nadie se puede entrometer? ¿por qué no llevamos un cartelito que indique a los demás que ciertas relaciones las sientes tuyas y que cualquier tercer elemento sobra? ¿por qué?Pues, es inexplicable, y yo siento que muchas veces paso por la tangente de los cículos, rozando el límite en el que te pueden mandar a la mierda. Porque un día sientes que la confianza te permite acercarte un poco más, y al acercarte, el círculo del otro no sólo no reduce la zona de línea contínua para que llegues cada vez más a él, sino que parece que además disminuye la zona de línea discontínua, y corres el riesgo de que salte la alarma del museo personal.
Resulta difícil, desesperante, contradictorio... ¡y muy interesante!