sábado, 17 de marzo de 2007

Generación seta

Indignación y mala leche es lo que siento cuando veo que las cosas no van bien pero tampoco nos movemos para solucionarlas.
Ideas, sí, son necesarias; pero las ideas, aunque cada vez menos, sigue habiendo gente que se preocupa por buscarlas y sacarles jugo, de momento alguno sigue pensando... pero ¡necesitamos actos! Nos pasamos el día protestando, desde el ámbito de la facultad hasta el político. Protestamos por lo que nos dan, por lo que hacen, por lo que prometen... pero ¿y nosotros? ¿hemos hecho algo hasta ahora para que las cosas cambien? Yo personalmente, poco, pero las veces que lo he hecho me he sentido impotente, con la sensación de que lo que hacía no iba a servir para mucho.
Nos hemos apalancado en la comodidad, en la conformidad. Si me prohiben imprimir en la facultad... echo sapos y culebras por la boca un par de veces, asumo que es lo que hay, y me cayo... si una parte de un grupo al que pertenecemos intenta sacar un proyecto hacia adelante, aunque sabemos que son pocos, en un acto de fe, lo dejamos en sus manos: "¿para qué me voy a manifestar por mi futuro?, total, todavía me quedan unos años... ellos seguro que lo consiguen". Si en las elecciones que se acercan estamos a punto de votar a "los verdes" en ausencia de otras alternativas mejores, dejamos que nos sigan inundando con un fuego cruzado que no nos lleva a ninguna parte.
Quizá la culpa la tiene que vivimos cómodamente en la ignorancia, que no nos da la gana abrir los ojos ni que nos los abran, porque asumir que la responsabilidad del futuro es ahora más que nunca nuestra, asusta.
Existen pocas oportunidades para hacernos oír, pero, si no las creamos nosotros, por lo menos hay que explotar las que nos conceden.
Por defensa de la libertad, de la igualdad, por preocupaciones más particulares... ¡bajemos de la parra de vez en cuando, que este mundo también nos pertenece!
Setas no, gracias, ya hay demasiados apalancados.
Hay que moverse... empecemos por el espíritu y acabemos en los hechos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Acomodados con todo, Caris. No es solo con la política. Es con nuestras propias vidas. Sin valor o sin fuerza para cambiarlas como querríamos. Somos la generación pasiva! :( Cada uno que se aplique el cuento