viernes, 18 de enero de 2008

Descanso a media tarde


Un banco de cara a la ventana, naranja, el cielo me refiero y azules, tus ojos de nuevo. Estoy disfrutando de un rato de descanso, tratando de no hacer caso a todo lo que nos rodea, de ignorar el frío y el ruido, el sueño y el fonendo. Y que no me quieran convencer de que no hay paisajes bonitos en Madrid. Mis zapatillas nuevas al trasluz de una puesta de sol. Derrite de nuevo el vidrio que atraviesa para imprimirse en mi mente como una imagen que añadir a la reserva del cajón de sastre donde cualquier sensación agradable tiene cabida para ser rescatada en momentos monótonos, cuando todo sabe soso. Se ha caído el sol, me vuelvo a mi silla, me secuestran, no opongo resistencia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cuando me siento así, en uno de esos momentos perfectos, muchas veces pienso: "Voy a intentar guardar en la memoria como me siento ahora, y así cuando tenga un mal momento me acordaré de la sensación que tengo ahora y me tranquilizaré". Voy a imprimirme este sol en la memoria, derritiendo el cristal. :D Lo malo es que luego toca volver al asiento