Depués de un tiempo sin escribir por aquí. Tras un verano de incertidumbre y búsqueda, de un septiembre que como una peonza cuando se está parando no estaba muy claro cómo iba a terminar, llego con unas conclusiones:
Me agobió el mundo gay que parecía sólo existir de 10 de la noche hasta la madrugada. No quería renunciar a esta nueva parte de mí, y acabé dejando de lado otra muy importante en la que la luz del sol, el campo, los amigos, las cenas y charlas lejos de humo y ruido jugaban un papel estrella.
Todo parecía llegar rápido, los acontecimientos se precipitaban uno tras otro. Empecé a desvalorizar mis valores, a dejar pasar cosas por la manga ancha, a dejar que 'todo valiese'. Esto creó un vacío, porque cuando las cosas no tinen valor, dejan de dejar huella, para bien o para mal.
Un "accidente" emocional a final de verano puso de nuevo en marcha la batidora de mis emociones, pensamientos y planteamientos varios. Se desordenó todo de repente, como un vendaval que levanta todos los papeles de la mesa y los termina de desorganizar. Poco a poco, los he ido recolocando, con más cuidado, permitiendo alguna flexibilidad en su organización, pero ordenándolos yo, no las circunstancias.
Regreso, pero creo que con otra perspectiva, con ganas de compaginar mis dos vidas y de contar lo que me salga en cada momento, que voy a intentar que los filtros sean un poco más gruesos.
Un besote
Me agobió el mundo gay que parecía sólo existir de 10 de la noche hasta la madrugada. No quería renunciar a esta nueva parte de mí, y acabé dejando de lado otra muy importante en la que la luz del sol, el campo, los amigos, las cenas y charlas lejos de humo y ruido jugaban un papel estrella.
Todo parecía llegar rápido, los acontecimientos se precipitaban uno tras otro. Empecé a desvalorizar mis valores, a dejar pasar cosas por la manga ancha, a dejar que 'todo valiese'. Esto creó un vacío, porque cuando las cosas no tinen valor, dejan de dejar huella, para bien o para mal.
Un "accidente" emocional a final de verano puso de nuevo en marcha la batidora de mis emociones, pensamientos y planteamientos varios. Se desordenó todo de repente, como un vendaval que levanta todos los papeles de la mesa y los termina de desorganizar. Poco a poco, los he ido recolocando, con más cuidado, permitiendo alguna flexibilidad en su organización, pero ordenándolos yo, no las circunstancias.
Regreso, pero creo que con otra perspectiva, con ganas de compaginar mis dos vidas y de contar lo que me salga en cada momento, que voy a intentar que los filtros sean un poco más gruesos.
Un besote
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